Buenas tardes. Me creerás un loco, un ridículo trastorno en la perfección de tus planes, pero ya no quiero ser el Presidente de la Sociedad de Enamorados Que Jamás Serán Correspondidos (SEQJSC). Lo siento. También, estimo necesario abandonar mi cargo honorífico en el Senado de Alcohólicos Que Creen Ser Anónimos (sin siglas). Espero me entiendas. Hoy me desperté queriendo abandonarme, queriendo volver atrás en el camino, tomar otras bifurcaciones, elegir otros compañeros de viaje. En fin, es por esto que no es raro que quiera olvidarme de quién soy, de cómo soy, de porqué soy… ¿para donde voy? No es imprescindible ya que mi futuro no me lleva a ninguna parte.
Quiero nuevas oportunidades, nuevos talentos, nuevos escenarios y nuevos papeles. Nuevos cuadernos.
Quizás me habría gustado vivir en otra época y en otro continente: nacer en el Liverpool de los años cuarenta, estudiar en el colegio que congregaría a los futuros Beatles, ser amigo de infancia de George Harrison, llegar a la plenitud creativa, ser un pequeño dios.
No está nada de mal. Tómalo como un ejemplo. Estoy cansado de esta vida que me tiene como inmóvil espectador de su frágil existencia, como un poeta ante una hoja de cálculo o un notario frente a un papel en blanco. Me creerás un loco, lo sé. Pues se me ocurrió que tal vez yo tengo los mismos derechos que las otras almas a acceder a eso que llaman felicidad. No entiendo bien de que se trata, pero según lo que he leído, es mucho mejor que mi actual estado: incertidumbre ante cada peldaño de la vida, ansiedad ante cada segundo que pasa, y una sensibilidad que no es capaz de desarrollar resistencia alguna a los vaivenes del día a día.
Me cansé de mirar. Quiero hacer cosas. Quiero dejar este cuerpo inerte y cambiar a cada persona a mi alrededor. Quiero ser fundamental para el bienestar de mi entorno. Espera, aún no termino.
Así como renuncio a la presidencia del SEQJSC, me gustaría que alguna vez que me enamore, sea la otra persona la que tenga que vivir esas eternas horas vacías de vida, esa autoflagelación, ese infierno: la espera y la incertidumbre, sea ella quién se lleve la mayor parte de las dudas y yo la del cariño. Permítemelo, abre esa puerta en mi vida. No creo que sea tan difícil, sobre todo para alguien con tus facultades.
No quiero ser majadero, me creerás un loco, pero no estoy conforme conmigo mismo, me reconozco irremediablemente mediocre, y me avergüenzo de lo que fui, de lo que soy y de lo que seré. ¿No soy el primero?
Tal vez recordarás aquel poema que se le atribuye a Borges, en el que escribe las cosas que él haría si pudiese vivir de nuevo. Si, ya sé que ese poema es casi un cliché. Bueno, te pido lo mismo que ese supuesto Borges en sus letras, pero con toda una vida por delante. Llévame a trascender. ¿No se puede? Llévame de nuevo a la pureza del alma infantil. No, quiero ser blanco como un niño, pero no por eso dejar de lado los sabrosos misterios de la vida adulta. ¿Muy difícil? Ayúdame a encontrar un equilibrio entonces. ¿Me dices que es imposible lo que te pido? ¿Que debo vivir la vida que me tocó vivir, sufrir las penas que me tocó sufrir, olvidarme de la dicha? ¿Y qué, si te digo que me parece tremendamente injusto lo que dices? Ni amar he podido. Conozco la mayor parte de los sentimientos o conceptos agradables, gracias a la lectura y la televisión, por vivir vidas ajenas, por vivir de vidas ajenas, por mi alrededor. ¿No debo insistir más? ¿No hay vuelta atrás? ¿Que pase el siguiente? Quiero ser feliz. ¿Llamas a
seguridad…?! Quiero una nueva oportunidad, te lo imploro, un nuevo horizonte, un nuevo sueño. ¿Y estos hombres?¿Para qué son esas jeringas?¡¡Suéltenme!! ¡Quiero ser otro! ¡Déjenme, déjenme! Prefiero no ser entonces, ¡ahhhhgg! ¡En el cuello nooo! Cuidado… que duele. Ya no.
Prefiero…ser… (Nada).
Quiero nuevas oportunidades, nuevos talentos, nuevos escenarios y nuevos papeles. Nuevos cuadernos.
Quizás me habría gustado vivir en otra época y en otro continente: nacer en el Liverpool de los años cuarenta, estudiar en el colegio que congregaría a los futuros Beatles, ser amigo de infancia de George Harrison, llegar a la plenitud creativa, ser un pequeño dios.
No está nada de mal. Tómalo como un ejemplo. Estoy cansado de esta vida que me tiene como inmóvil espectador de su frágil existencia, como un poeta ante una hoja de cálculo o un notario frente a un papel en blanco. Me creerás un loco, lo sé. Pues se me ocurrió que tal vez yo tengo los mismos derechos que las otras almas a acceder a eso que llaman felicidad. No entiendo bien de que se trata, pero según lo que he leído, es mucho mejor que mi actual estado: incertidumbre ante cada peldaño de la vida, ansiedad ante cada segundo que pasa, y una sensibilidad que no es capaz de desarrollar resistencia alguna a los vaivenes del día a día.
Me cansé de mirar. Quiero hacer cosas. Quiero dejar este cuerpo inerte y cambiar a cada persona a mi alrededor. Quiero ser fundamental para el bienestar de mi entorno. Espera, aún no termino.
Así como renuncio a la presidencia del SEQJSC, me gustaría que alguna vez que me enamore, sea la otra persona la que tenga que vivir esas eternas horas vacías de vida, esa autoflagelación, ese infierno: la espera y la incertidumbre, sea ella quién se lleve la mayor parte de las dudas y yo la del cariño. Permítemelo, abre esa puerta en mi vida. No creo que sea tan difícil, sobre todo para alguien con tus facultades.
No quiero ser majadero, me creerás un loco, pero no estoy conforme conmigo mismo, me reconozco irremediablemente mediocre, y me avergüenzo de lo que fui, de lo que soy y de lo que seré. ¿No soy el primero?
Tal vez recordarás aquel poema que se le atribuye a Borges, en el que escribe las cosas que él haría si pudiese vivir de nuevo. Si, ya sé que ese poema es casi un cliché. Bueno, te pido lo mismo que ese supuesto Borges en sus letras, pero con toda una vida por delante. Llévame a trascender. ¿No se puede? Llévame de nuevo a la pureza del alma infantil. No, quiero ser blanco como un niño, pero no por eso dejar de lado los sabrosos misterios de la vida adulta. ¿Muy difícil? Ayúdame a encontrar un equilibrio entonces. ¿Me dices que es imposible lo que te pido? ¿Que debo vivir la vida que me tocó vivir, sufrir las penas que me tocó sufrir, olvidarme de la dicha? ¿Y qué, si te digo que me parece tremendamente injusto lo que dices? Ni amar he podido. Conozco la mayor parte de los sentimientos o conceptos agradables, gracias a la lectura y la televisión, por vivir vidas ajenas, por vivir de vidas ajenas, por mi alrededor. ¿No debo insistir más? ¿No hay vuelta atrás? ¿Que pase el siguiente? Quiero ser feliz. ¿Llamas a
seguridad…?! Quiero una nueva oportunidad, te lo imploro, un nuevo horizonte, un nuevo sueño. ¿Y estos hombres?¿Para qué son esas jeringas?¡¡Suéltenme!! ¡Quiero ser otro! ¡Déjenme, déjenme! Prefiero no ser entonces, ¡ahhhhgg! ¡En el cuello nooo! Cuidado… que duele. Ya no.
Prefiero…ser… (Nada).
4 comentarios:
wena menacido ... me gustó caleta lo que escribiste men ... pk hablai en parte de un tema que yo tb me he planteado ... esa incertidumbre ante el sentido de la existencia ... ese sentimiento de vacío en nuestras vidas que a veces llevamos con nosotros ... naa pos, buen escrito, aparte que, como siempre, le diste ese toque syco tuyo ...
ya chaleka loko ke me puse denso, nos belmont
bBuenísimo... Muy buena forma de retratar algo que todos en algun mometo hemos sentido. (no te conosco y tampoco me conoces pero bueno.. queria postear.. )
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Notable.
La felicidad esta en todas partes, el único ostáculo esta en querer encontrarla.
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