Tal vez sea sólo un arroyo de melancolía,
El que fluye como un arado sobre
mi duro y viejo cuero,
El que corta y abre lo que es
tierra reseca a su paso,
Así la riega y la despierta de un
largo descanso.
Tal vez sea sólo eso,
Porque una tarde me puse a dormir
Y no estoy seguro de haber
amanecido alguna vez.
Como una mujer joven y hermosa,
La que impulsa con nueva juventud
la cansada sangre de mi cuerpo,
La que camina conmigo hacia
futuros olvidados.
Tal vez sea sólo eso, o ni
siquiera.
Porque un día quise olvidar
Y no estoy seguro de cuánto borré
con mi mano en la arena.
Este abrazo amante que de pronto
acosa a mi espíritu,
Lo acosa y lo toma y lo une y lo
descuartiza luego.
Porque pareciera que ya no volveré
a amar a los hombres
Cuando acabe de escribir esto:
Cuando se acabe la música,
Cuando se seque el arroyo,
Y se me olvide el futuro.
Y tal vez sólo la poesía pueda
domesticar a un lobo,
En un mundo donde reinan los
hombres.
Tal vez sea sólo eso.
Porque siempre he sido así
Y no estoy seguro de haber
cambiado.
Tal vez sea que la
verdadera alegría dura una canción.