La cierto es que ya no hay verdad,
Ya no la hay pura ni alba ni oscura...
En realidad, las mentiras cuelgan como ropa sucia,
Y las mandamos a la tintorería de haber tiempo.
Contempla las nuevas mentiras al amanecer.
Tú sabes que sólo podemos contar las estrellas que titilan desde el suelo,
¿Acaso la ciudad furiosa se ha convertido en nuestro único cielo?
¿Acaso Dios ocupa una silla hecha en China,
y vela entre nosotros por una nueva humanidad que no fue tan tonta como para perder el paraíso?
Da igual,
Si al final las luces se apagan porque suben las cuentas.
Y hay menos plata para pagarles a las putas,
Y a los mandatarios de las altas cumbres,
Y a los artesanos que fabrican suntuosos regalos para mandatarios,
Y baratijas autóctonas para que los turistas alemanes les saquen una foto y se lleven una postal de la patagonia.
Y no alcanza la plata para botar el Nacional y hacerlo de nuevo,
Habrá que conformarse,
Con un baño para señoritas y que el resto mee donde le quepa su hombría.
Y si hay menos plata para pagarles a las putas,
Para cuando estas regresen a sus hogares y se vistan de madres cariñosas,
Habrá gritos de hambre y femicidas infantiles enfurecidos,
Y los diarios se llenarán de titulares repetidos,
Y el femicidio dejará de ser la novedad para esta Navidad,
Será algo así como el fin de la profesión más antigua de la historia.
Rodará la cabeza de algún edil que haya planteado la idea de cerrar las puertas de su comuna,
A las santas madres abnegadas y sacrificadas que han perdido la vida,
Luchando codo a codo contra la desigualdad y la falta de oportunidades.
Será entonces cuando estos últimos dos versos saldrán de los labios
Del candidato populista de turno,
Quien me acusará de plagio intelectual,
Y tendré que terminar mis versos secándome en la cárcel,
Y se me habrá acabado la vida,
Y no habré contado nunca hasta el mil trescientos,
Y no me habré atrevido a robarle un beso a esa mina en esa micro aquella vez,
Y no le habré cambiado nunca los pañales a mis nietos,
Ni a mis hijos ni a mis hermanos,
Ni a mis padres ni a mis abuelos,
Y tú sabes que da igual,
Si al final las luces se apagarán porque subió la cuenta de la luz.